proyectar, recordar o crear sucede aquí y ahora. No hay más tiempo que este y la práctica de
Mindfulness nos recuerda este hecho. Sin embargo hay algo en el aquí y el ahora que, al menos
para mí tiene un sentido mucho mas práctico. Entrenarnos en conciencia plena no quiere decir
que tengamos que vivir atados al momento presente sin proyectarnos o recordar el pasado, es
mas bien entrenarnos en la posibilidad de manejarnos con nuestra mente y por tanto en la forma
en que creamos nuestras propia vidas.
La mente está constantemente generando pensamientos en forma de recuerdos, ideas, imágenes,
proyectos, fantasías, etc. No tenemos ningún control sobre ellos, simplemente aparecen y se
posan sobre nuestro campo de atención independiente de nuestra voluntad.
En lo que sí tenemos injerencia es en un cierto grado de interés que sin darnos cuenta le ponemos a estos
pensamientos, permitiendo que atrapen por completo nuestra atención. Desde allí pasamos a
creer que somos nosotros los que estamos pensando, dándoles el poder para desarrollarse en
nosotros. Así es como un pensamiento logra sacarnos del momento presente y proyectarnos en
una nueva realidad que levanta toda una serie de sensaciones y emociones que nos empujan a
movernos, comportarnos o percibir de una determinado forma.
Entrenar nuestra atención en el momento presente, que es justamente lo que hacemos por medio
de la práctica de Mindfulness, supone dejar instalado en nosotros una nueva posibilidad de
relacionarnos con nuestros pensamientos o creaciones mentales en vez de ser arrastrados y
tiranizados por estos. Concretamente supone incorporar la capacidad para darnos cuenta cuando
nuestra mente esta creando una realidad que nos puede ser dañina, para dejarla pasar sin ser
arrastrada por esta.
En este sentido la práctica no implica vivir en el presente, dejar de proyectarnos hacia el futuro o
de recordar y aprender del pasado, sino agregarle a todas estas posibilidades de la mente la
facultad para poder elegir sobre lo que esta proyecta y crea sobre nuestras vidas, lo cual no es
otra cosa que reclamar dominio sobre nuestra mente en vez de ser dominados por ella.
