¿Sabes cómo reciclar tus experiencias?
Si observas la naturaleza, verás que hay una enorme sabiduría en sus creaciones. La naturaleza no desecha nada. Todo lo ocupa para otra cosa y eso la mantiene en constante crecimiento y vitalidad.
Creo que si aprendiéramos a reciclar, no solo los desechos materiales que creamos, sino también nuestras experiencias, nuestra mente podría mantenerse más sana. De hecho creo que uno de los factores mas nocivos para nuestra mente es no saber ocupar las distintas experiencias de vida.
Atravesados por millones de ideales que nos dicen qué es bueno y qué es malo, hemos perdido la capacidad para crear vida con el dolor, el miedo, la carencia y la vulnerabilidad.
¿Quién dijo que estas experiencias no sirven de nada?
Así como nuestros músculos crecen cuando rompemos sus fibras y las plantas se vuelven más fuertes cuando las podamos, las experiencias dolorosas pueden convertirse en un tremendo potencial de crecimiento, sabiduría y compasión si sabemos cómo trabajarlas.
Cómo podrías desarrollar seguridad y confianza en ti mismo si nunca te has enfrentado a momentos en los que necesitas de toda tu fuerza para sostenerte. Cómo podrías darte cuenta de que finalmente todo pasa si nunca has sido tocado por las tormentas de la vida. Cómo podrías sentir profunda comprensión y conexión con el dolor ajeno si este nunca ha visitado tu experiencia.
El lado “B” de la vida no es el lado oscuro. Es el llamado que te hace esta a desarrollar tu potencial como individuo y a conquistar tu independencia como ser humano para poder llegar a ser realmente útil y dar vida a otros.
